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6 de noviembre – Día para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados


La guerra es sinónimo de vidas truncadas, de ciudades y pueblos destruidos… Sí, pero no solo eso. Hay otra víctima, quizás menos evidente, pero no por ello se le puede dejar de lado: el medio ambiente.

Un casco azul planta un árbol en el exterior de la sede de la Misión de la ONU en Sudán, en la localidad de El Fasher. Foto ONU/Albert Gonzalez Farran.Un casco azul planta un árbol en el exterior de la sede de la Misión de la ONU en Sudán, en la localidad de El Fasher. Foto ONU/Albert Gonzalez Farran.

La naturaleza es, con frecuencia, la gran víctima olvidada de la guerra. Bosques que ya no están, agua que ya no se puede beber, suelos que dejan de dar vida, animales que huyen o mueren… todo sea por el avance de las tropas, por ganar la siguiente batalla, por destruir al enemigo…
 
Como señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA): “al menos el 40% de los conflictos internos registrados en los últimos 60 años han tenido relación con la explotación de los recursos naturales, tanto por su «gran valor», como la madera, los diamantes, el oro, los minerales o el petróleo, como por su escasez, como la tierra fértil y el agua. El riesgo de recaída de este tipo” de conflicto por los recursos naturales se duplica con respeto a otros casos. 

Ahí están, incrustadas en la triste memoria de la Humanidad, las imágenes de los pozos petroleros de Oriente Medio ardiendo en llamas, las de los campos de cultivo arrasados tras los conflictos armados que tuvieron lugar en América Central en la segunda mitad del siglo XX y, por supuesto, las de las minas ilegales y la devastación de la selva en países asolados por la guerra, como la República Democrática del Congo, entre muchísimos otros casos.
 
En todo caso, para visibilizar esta problemática, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 6 de noviembre de 2001 como Día Internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados. Y quince años más tarde, el 27 de mayo de 2016, la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente aprobó la resolución UNEP/EA.2/Res.15, en la que reconoce que unos ecosistemas saludables y unos recursos naturales gestionados de manera sostenible contribuyen a reducir el riesgo de los conflictos armados. Esa misma Asamblea reafirmó su firme compromiso con la plena aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que figuran en la Agenda 2030.
 
Devastación medioambiental en la localidad iraquí de Qayarrah, tras los combates entre las tropas del Gobierno y la organización terrorista Dáesh, 2017. Foto ONU Medio Ambiente/Hassan Partow
Devastación medioambiental en la localidad iraquí de Qayarrah, tras los combates entre las tropas del Gobierno y la organización terrorista Dáesh, 2017. Foto ONU Medio Ambiente/Hassan Partow
 
Hoy, 6 de noviembre, desde la campaña “Movilízate por la Selva” del Instituto Jane Goodall levantamos la voz para decir, una vez más, que toda guerra es un grave error y que solo la paz permite resolver cualquier conflicto, por profundo que sea; levantamos la voz por todas las víctimas, incluido ese árbol y aquel riachuelo.

#MovilízateporlaSelva

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